Las hermanas Mirabal, también conocidas como Las Mirabal (Patria Mirabal, Minerva Mirabal y María Teresa Mirabal) fueron tres hermanas dominicanas que se opusieron fervientemente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Una cuarta hermana, Bélgica Adela "Dedé" Mirabal,
no tuvo un papel activo en las actividades hechas contra el dictador.
La hermana mayor, Patria, no tenía el mismo nivel de actividad política
que sus otras hermanas, pero las apoyaba, incluso prestaba su casa para
guardar armamentos y herramientas de los insurgentes.
Primeros años, estudios y activismo antitrujillista
Las hermanas Mirabal crecieron en un hogar rural acomodado de la sección Ojo de Agua en el municipio Salcedo. El padre de las hermanas Enrique Mirabal fue un exitoso hombre de negocios.
Estudiaron como internas en el Colegio Inmaculada Concepción de La Vega, dirigido por monjas españolas de la Orden Terciarias Franciscanas de Jesús y María donde, tanto Minerva como María Teresa, se destacaron por su inteligencia e interés en el estudio.
Cuando Trujillo llegó al poder, su familia perdió casi toda su
fortuna. Las Mirabal creían que Trujillo llevaría al país al caos y por
ello entraron a formar parte de un grupo de oposición al régimen,
conocido como la Agrupación política 14 de junio. Dentro de este grupo eran conocidas como Las Mariposas,
se les conocía así, porque ese era el nombre con que Minerva se
identificaba en las relaciones políticas. Dos de las hermanas, Minerva y
María Teresa, fueron encarceladas, violadas y torturadas
en varias ocasiones. A pesar de estas situaciones, continuaron en su
lucha por terminar con la dictadura. Después de varios encarcelamientos,
Trujillo decidió terminar con las hermanas.
Trama de Trujillo, emboscada y posterior asesinato
El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo,
al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado
dominicano. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de
prisión, inmediatamente todos comenzaron a purgar sus penas, pero ellas
no durarían mucho en la cárcel. En un gesto extraño el 9 de agosto y por
disposición expresa de Trujillo,
Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad, sus maridos
sin embargo continuaron en prisión. Estas disposiciones de Trujillo
tenían doble propósito, por un lado pretendía demostrar su
"generosidad", por el otro les daba la libertad a aquellas personas a
quien él quería seguir hostilizando, este último era el caso de las
Mirabal. No bien habían pasado un par de semanas de la libertad y ya
existían informes sobre reuniones secretas contra el régimen encabezadas
de nuevo por las Hermanas Mirabal esto, sumado a las presiones internacionales entre muchas cosas por el atentado en Venezuela contra el Presidente Rómulo Betancourt, por el que la OEA sancionó al estado dominicano con rompimiento de relaciones diplomáticas y económicas y la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en América Latina
y en medio de un informe que inició de nuevo con los pasos que daban
estas mujeres rebosó la copa de la tolerancia de Trujillo quien le
ordenó al General Pupo Román un plan para desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal. Recomendándole usar al SIM para su ejecución. La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, al parecer aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria,
que era donde cumplían sus penas los esposos, en verdad esto era el
inicio de la capitalización del plan para la eliminación de las hermanas
Mirabal. El General Pupo Román,
cumpliendo las orientaciones del Generalísimo dejó en manos del SIM
(Servicio de Inteligencia Militar) a la sazón dirigida por el Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra Mayor Cándido Torres Tejada, quien había sustituido al siniestro Johnny Abbes, que se encargaba en ese momento de dirigir la campaña contra la Iglesia y a la emisora Radio Caribe,
pero en verdad Abbes seguía dirigiendo con sus ideas y tras bastidores
al organismo opresor, para dar cumplimiento a la orden, Torres Tejada se
dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe del SIM en la zona norte, el entonces Teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera:
Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, General Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Hermanas Mirabal, la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo. Una vez trasladados les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe.
Al día siguiente el cabo de la Policía Nacional Ciriaco de La Rosa
llegó a los cuarteles del SIM en Santiago para cumplir con el plan,
solicitó cuatro agentes y un vehículo para conformar el escuadrón de
acción, Peña Rivera asignó a Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Néstor Antonio Pérez Terrero, y Ramón Emilio Rojas Lora.
El 18 de noviembre el escuadrón regresó sin cumplir la orden alegando
que las hermanas Mirabal viajaban con niños, el 22 de noviembre
regresaron de nuevo alegando las mismas causas, pero el 25 de noviembre
se pudo comprobar que en esa visita no andaban con niños sino con un
chofer (Rufino de la Cruz) y otra de sus hermanas (Patria), se decidió entonces ejecutar el macabro plan. Tras despedirse de sus respectivos maridos, en el patio de la fortaleza, las tres mujeres y el chofer, salieron rumbo a Salcedo. Ya fuera de Puerto Plata, el jeep se desplazaba por la serpenteante carretera y al llegar al puente de Marapica, fueron detenidos por cuatro hombres que iban en un cepillo el cual atravesaron en medio del puente. Las tres mujeres fueron obligadas, a punta de pistola,
a subirse al asiento trasero del vehículo de sus verdugos, mientras
tres de éstos se montaban con el chofer en el jeep, dirigiéndose hacia La Cumbre donde estaba la casa, en la que les esperaba el capitán Peña Rivera para darles las instrucciones finales.
Los dos vehículos entraron al patio de la casa. Las hermanas y el chofer fueron llevados a la fuerza por los sicarios
dentro de la casa. De inmediato Peña Rivera hizo una seña a de la Rosa
para que actuaran, retirándose hacia una lejana habitación de la casa.
Entró a la casa y los repartió entre sus otros tres compañeros que
debían ejecutar el plan al igual que pañuelos para ahorcar las víctimas.
Fue así entonces que durante varios minutos unos quejidos y alaridos
que no pudieron escucharse fuera de la estructura de la vivienda
construida de adobe y forradas de caoba
fueron emitidos, y con la respiración entrecortada, los sicarios dieron
por teminada su labor de exterminio. Los cuerpos de las mujeres y el
hombre ya no hacían ningún movimiento convulsivo, las apalearon hasta
morir para luego introducir los cuerpos en el coche y simular un
accidente de tráfico.El sargento de la Rosa se dirigió entonces al aposento donde estaba Peña Rivera y le dijo: "Señor, misión cumplida".
Repercusiones
Trujillo creyó en el momento que había eliminado un gran problema.
Sin embargo, el asesinato le trajo muchos inconvenientes y fue el
principio de su desgracia. La muerte de las Mirabal causó gran
repercusión en la República Dominicana. La publicidad resultante provocó
que el pueblo dominicano se mostrara cada vez más proclive a apoyar a
las Mirabal y sus ideales. Esta reacción contribuyó a despertar
conciencia en el público y finalmente culminó con el asesinato del
dictador el 30 de mayo de 1961.
Asesinos intelectuales
- Rafael Leónidas Trujillo, Generalísimo y jefe de estado de la República Dominicana.
- José René (Pupo) Román Fernández, Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas.
- Cándido Torres Tejada, Jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación central en Ciudad Trujillo.
Ejecutantes
- Víctor Alicinio Peña Rivera
- Ciriaco de la Rosa
- Ramón Emilio Rojas Lora
- Alfonso Cruz Valerio
- Emilio Estrada Malleta, de origen cubano.
- Néstor Antonio Pérez Terrero
Juicio e impunidad
En junio de 1962, se inició el juicio en contra de los acusados y cómplices del asesinato de las hermanas Mirabal y su acompañante Rufino de la Cruz.
En el banquillo de los acusados fueron sentados los autores
materiales del cuádruple crimen, Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz
Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor
Antonio Pérez.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada
(ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de
Inteligencia Militar en la estación Central en Ciudad Trujillo, Víctor
Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao, Silvio
Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y
David Olivero.
El magistrado doctor Osvaldo B. Soto, presidía el tribunal especial. El Procurador fiscal
era el doctor Rafael Valera Benítez, mientras que la parte civil estaba
representada por los doctores Héctor Sánchez Morcelo, Ramón Pina
Acevedo, Francisco Carvajal Martínez, Antonio Guzmán y Miguel A. Vásquez
Fernández. El abogado de la defensa de los acusados fue el abogado de
oficio Héctor Barón Goico. El tribunal condenó a los principales
acusados a la pena máxima de 30 años, excepto a Ciriaco de la Rosa que
de manera insólita fue condenado a sólo 20 años por supuestamente
colaborar con la aclaración del crimen, aunque realmente nunca las
cumplieron, tiempo después y con la ayuda de grupos militares
trujillistas fueron provistos de pasaportes y sacados de la República
Dominicana.
Ciriaco de la Rosa reveló durante el juicio posterior al asesinato lo siguiente:
Después de apresarlas, las condujimos al sitio escogido, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas.
Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario, nos hubieran liquidado a todos.
Estas declaraciones fueron desmentida poco después al descubrirse que
el crimen ocurrió realmente en los terrenos de la casa de La Cumbre,
pues Peña Rivera quería ver los cadáveres con sus propios ojos antes de
ordenar tirarlos por el precipicio, pues tenía que dar un informe
fidedigno a sus superiores.
Entierro
Las Mirabal están enterradas en Ojo de Agua, en las afueras de la ciudad de Salcedo,
en la provincia Hermanas Mirabal en la República Dominicana. El lugar
se ha convertido en un museo en su honor y está abierto al público.
También hay allí una biblioteca, librería y una tienda de recuerdos.
Enterrado en el mismo lugar también están los restos de Manuel Aurelio Tavárez Justo, quien fuera esposo de Minerva.
Controversia sobre el asesinato
En febrero de 2010 fue lanzado el libro "Trujillo, mi padre: En mis memorias, Angelita" de la autoría de Angelita Trujillo, hija del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el cual habla en unos de sus capítulos sobre las hermanas Mirabal y su asesinato. El libro revela que José –Pupo- Román Fernández manda a matar a las Mirabal por órdenes supuestamente de Luis Amiama Tió (uno de los ejecutantes de Trujillo) y Segundo Imbert Barrera (hermano de Antonio) desligando a su padre del hecho.1
Después de esas revelaciones del libro, las protestas en el país no se
hicieron esperar y calificaron como sofisma su contenido.2
Homenajes
- En honor a esta valiente mujer junto a sus hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Esto fue establecido en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia en el año 1981.
- En Ojo de Agua se conservan sus trajes, sus pertenencias y sus habitaciones tal y como estaban en el momento de su muerte. La finca se ha convertido en un museo que puede ser visitado. No lejos de allí vivía la única hermana Mirabal que no fue asesinada: Dedé.
- La escritora norteamericana de origen dominicano Julia Álvarez escribió una novela basada en las hermanas Mirabal, con el título En el tiempo de las mariposas (In the time of butterflies) que luego fue llevada al cine por Mariano Barroso.
- Una de las Estaciones del Metro de Santo Domingo, lleva su nombre.
- El 2 de octubre de 2007 se emitió un billete de 200 pesos alusivos a las hermanas Mirabal.
- En honor a ellas los botánicos Francisco Jiménez Rodríguez y Liliana Katinas le dedicaron una especie de planta nueva para la ciencia, Salcedoa mirabaliarum F. Jimenez R. & L. Katinas, arbolito endémico de La Espanola descubierto en las montanas de la provincia Hermanas Mirabal. Fue publicada bajo el artículo “Salcedoa gen. nov., a biogeographic Enigma in the Caribbean Mutisieae (Asteraceae)”, en la revista científica Systematic Botany (2004), 29(4): .987-1002, de la American Society of Plant Taxonomist.”
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