Más allá de lo conocido, existe una cara de internet desconocida. Y peligrosa por las actividades que allí se permiten. Adentrándose en las profundidades de este mar de conocimientos, miles y miles de páginas web desconocidas no suelen indexarse en los principales motores de búsquedas como Google, Bing o Yahoo. Y se destapa la caja de los truenos. Deep Web -internet profunda- es la parte de internet que no forma parte del internet superficial, o mejor dicho: que es invisible para los motores de búsqueda ya que el contenido de ésta no está indexado.
Pero, ¿qué quiere decir esto del contenido «no indexado»? Se refiere a todo el contenido que es inaccesible desde los buscadores convencionales de internet por diferentes motivos, como tratarse de páginas y sitios webs protegidos con contraseña, documentos en formatos no reconocibles o contenidos que requieren interrogar a su base de datos para poder acceder a la información.
El término Deep Web puede evocar una concepción errónea de lo que realmente es, pues los automatismos de nuestro cerebro asocian profundo con ilegal. Nada más lejos de la realidad, dentro de la Deep Web se desarollan actividades ilegales, pero este sector es más conocido como el lado oscuro de internet, y para acceder a él es necesario usar un servidor intermediario (proxy).
El problema, dicen los expertos en seguridad informática, es la utilización de esta cara oculta de internet como el «santo grial» del anonimato en las comunicaciones, al resultar muy difícil el rastreo de los usuarios, un auténtico caldo de cultivo para la pornografía infantil y actividades ilegales (venta de armas y drogas) sin control de las autoridades,
según advierte un infome elaborado por la firma de seguridad Trend Micro. Esta manera, ciberdelincuentes consiguen
evitar el control de la información que no se quiera hacer pública; por ejemplo, es el método que usan los disidentes políticos de los regímenes represivos para comunicarse con el exterior, aunque los cuerpos de seguridad
y las autoridades están al corriente de esta delicada situación, según aseguran a ABC fuentes de la Guardia Civil.
Actividades ilegales
Pero hablamos de algo que, pese a ser desconocido por gran parte de los internautas, en realidad ha existido siempre. De hecho, se calcula que acapara el 90% del contenido total de internet. Esto no quiere decir que gran tamaño esté dedicado a temas ilegales, sólo que es inaccesible para las arañas de rastreo de los buscadores. Los expertos estiman que la web superficial representa alrededor de un 10% o 15% de lo que internet es en realidad. Además, el 34% de las páginas que contienen «malware» en la web tradicional cuenta con conexiones con Deep Web.
La Deep Web se sirve de toda una serie de herramientas cuya finalidad es
mantener el anonimato, siendo las más famosa de ellas
The Onion Router (TOR), una plataforma creada por el Laboratorio Naval de EE.UU., que posibilita
ocultar la dirección IP y otros datos relacionados con la identidad del usuario, y que funciona utilizando distintos niveles -como las capas de una cebolla- de codificación.
Otras plataformas de acceso a este mundo virtual palalelo son casi invisibles. Ciertas partes de Deep Web son, técnicamente, inaccesibles a través de los medios tradicionales, por lo que se convierte en un lugar protegido y seguro para que cibercriminales o particulares de toda índole realicen servicios ilegales. La base es la utilización de códigos de cifrado complejos que protegen al usuario del análisis de tráfico, siendo el anonimato la principal inspiración de las mismas.
Muchos usuarios -advierten los expertos- se aprovechan dela conyuntura informárica para cometer servicios de blanqueo de dinero como Bitcoin, compra-venta de contraseñas, venta de pasaportes ilegales, filtraciones del gobierno o servicios de asesinos a sueldo, un pequeño universo casi sin explorar y que supone encontrarse en la ley de la selva, sin más reglas que la de uno mismo.
Los expertos ofrecen una serie de datos que levanta las sospechas acerca del impacto de las actividades ilegales en este tipo de páginas web. Se cree que el 32% de los bienes que se comercializan en gran parte de las tiendas está relacionado con cannabis y venta de drogas. Hay incluso oportunidades para infringir las leyes. Por 5.900 dólares se puede obtener la ciudadanía estadounidense en un lugar de Deep Web especializado en proporcionar pasaportes. Y hay más; por solo 100 dólares se pueden comprar cuentas robadas de plataformas como eBay o PayPal. Más peligroso resultan algunos anuncios, como uno en el que se pide 180.000 dólares por cometer un asesinato.
Crece el anonimato
Surge otro problema, el tamaño. Deep Web está en constante crecimiento. Desde
Trend Micro apuntan que es «increíblemente difícil» ofrecer una lectura sobre el volumen de los sitios en un momento dado, aunque estiman que el contenido actual ronda las
576.000 páginas web.
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Aunque el uso que se hace de la Deep Web no es exclusivamente ilegal, sí que tiene un gran presencia en ella. David Sancho, investigador de amenazas de Trend Micro, señala al diario ABC que Deep Web es incontrolable. «Una vez que se efectúa la conexión no es posible que ningún observador sea capaz de interceptarla ni espiarla. Esto la convierte en un entorno ideal para realizar actividades criminales, así como para disidentes evitando ser controlados por gobiernos hostiles», lamenta.
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