Su interfaz es similar a la de
Facebook, al menos en lo que al color se refiere (
azul) y a su forma de uso. Sin embargo,
Facegloria –una nueva
red social brasileña para cristianos evangélicos que nació hace aproximadamente un mes- cuenta con una clara diferencia con respecto a la creación de
Mark Zuckerberg: no acepta que sus usuarios se escriban insultos o compartan pornografía.
Así lo afirman, al menos, varios medios internacionales como la versión digital del diario «
Clarín», donde también se señalan una serie de modificaciones menores de esta red. Eso sí, no por ello menos curiosas. Un claro ejemplo de las mismas es que el botón de «
Me gusta» se sustituye por «
Amén»).
La historia de esta red social comenzó hace aproximadamente tres años, momento en que cuatro cristianos brasileños se cansaron de los
comentarios subidos de tono y las
palabrotas publicadas en Facebook.
«En Facebook hay mucha violencia y pornografía, así que pensamos que debíamos crear una red parecida, pero que hablase de Dios, del amor y del respeto», explica el diseñador de la página web, Atilla Barros. Así nació Facegloria, cuyos creadores tienen, a día de hoy, menos de 32 años. Según afirman, pretenden competir con Zuckerberg en los próximos años, y la verdad es que nos les va mal, pues ya cuentan con 100.000 usuarios.
«En dos años queremos llegar a 10 millones de usuarios en Brasil. Desde el 4 de junio, cuando empezamos, ya tenemos 100.000 perfiles. Cando la aplicación salga al mercado, en dos meses, esperamos otro pico de usuarios», completa Barros.
La inscripción en la red social es gratuita, y en ella se puede hablar de casi todo. Tan solo se prohíbe
escribir palabrotas (las cuales están reguladas en una gran lista de hasta 600 que se actualizan diariamente), p
ublicar contenido violento o
fotografías eróticas y, finalmente, mostrar imágenes de
parejas homosexuales dándose un beso. «Queremos ser mejor moralmente que Facebook. Ellos ya saben que existimos. Lo que queremos es que todo el público evangélico migre a Facegloria en un futuro cercano», añade Barros.
Para cumplir sus normas, el grupo tiene a sus órdenes a un equipo de hasta 20 voluntarios que se dedican a rastrear la redy decidir si una imagen es ofensiva o no. Con todo, los representantes de esta policía de internet afirman que los mismos usuarios son los que se censuran y se niegan a subir este contenido.
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