La adopción de Windows 10 sufre una acusada desaceleración

La adopción de Windows 10 sufre una acusada desaceleración

¿Será realmente un éxito comercial Windows 10? Pese a un arranque fulgurante, ganando cantidad y cuota de usuarios con mucha rapidez desde su lanzamiento hasta agosto, durante el pasado mes de septiembre se ha podido apreciar una acusada desaceleración en la adopción del último sistema operativo de Microsoft.

Mientras que hasta finales de agosto y en poco menos de un mes y medio consiguió superar el 5% de cuota, en septiembre su porcentaje solo se ha incrementado un 1,42%, llegando al 6,63% y superando las 110 millones de copias instaladas según los últimos datos de los que nos hemos hecho eco recientemente.

Antes de su lanzamiento, expuse los posibles motivos de por qué Windows 10 podría fracasar a nivel comercial, y algunos de estos se están haciendo más o menos realidad, en especial mención al estancamiento del mercado de los PC, que a día de hoy está muy lejos de sus mejores tiempos. Sin duda Windows 10 terminará consolidándose, pero pinta que le costará bastantes años desbancar a Windows 7, que ha empezado a mostrarse como el perfecto sustituto de Windows XP, con opciones de convertirse en otro obstáculo en los intereses comerciales de Microsoft, aunque por suerte Windows 10 resulta más atractivo que Windows 8 por cuestiones de diseño.

Otra de las razones que expuse en mi anterior artículo fue lo conservador que resultaba Windows 10, al menos en su apariencia por defecto, una impresión que al parecer no solo tengo yo al confesar el creador del menú de Inicio que no se ha visto impresionado con Windows 10. Puedo entender el trauma sufrido por Microsoft tras el rechazo de Modern UI en Windows 8, pero seguir apostando por “más de lo mismo” después de 20 años no es la mejor baza para vender un producto en un mundo, el de la informática, que está en constante evolución y mutación.

También parece que el recibiendo de Windows 10 está siendo un tanto desigual, ya que mientras en Estados Unidos ha necesitado de muy poco para superar a Windows XP, en otros países comoChina ha tenido un recibimiento bastante frío, pasando bastante inadvertido.

Con todo lo comentado, hay una cosa que ha quedado bien clara, Windows 10 no está ayudando ni mucho menos a subir el número de ventas de los ordenadores. Microsoft era muy consciente de esta situación, y por eso hizo una fuerte apuesta por actualizar desde Windows 7 SP1 y Windows 8.1, algo que posiblemente no le ayude a generar ingresos, pero sí a mantener la dependencia tecnológica que tiene muchos usuarios de sus productos, evitando así que la competencia empiece a hacerse hueco, una competencia que se ha tomado muy en serio a pesar de no toserle ni mucho menos en cuota de usuarios, como es el caso de SteamOS (sí, es una apreciación personal).

¿Está afectando a Windows 10 la mala prensa?

A lo largo y ancho de Internet uno se puede encontrar con decenas de acusaciones sobre que Windows 10 es un spyware. ¿Es esto realmente cierto? Al parecer no, pero ha habido algunas informaciones que no han gustado nada a los usuarios.

El primer mazazo lo dieron algunos sitios web de torrents, que acusan al último sistema operativo de Microsoft de ser un spyware, una acusación repetida miles de veces en Internet y que con tan solo escribir “Windows 10 spyware” en un buscador podría ser suficiente para traumatizar a más de un usuario.

Además de los sitios web de torrents, que han terminado por “banear” el sistema, también apareció la noticia de que Microsoft podría desactivar software de forma unilateral, generando un gran revuelto en la red y alimentando más el supuesto Gran Hermano en el que se ha convertido el sistema operativo que nos ocupa.

Y aunque no afecta ni mucho menos a Windows 10, las acusaciones publicadas el mes pasado sobre que Microsoft está introduciendo características espía en Windows 7 y 8 no ayudan para nada mejorar la imagen de la compañía y su último sistema operativo.

¿Son los smartphones la gran esperanza de Windows 10?

No es puede decir que a Microsoft le haya ido bien el mundo de la telefonía móvil, al menos en cuanto al sistema operativo se refiere.

A pesar de hacerlo muy bien a nivel técnico, mostrando un sistema operativo bastante optimizado,Windows Phone sigue teniendo una cuota baja, resultando ser un éxito en algunos países de Europa, como Francia, sin embargo a niveles generales ha tenido una acogida bien fría, siendo especialmente preocupante su situación en Estados Unidos.

Sin embargo hay una tecnología que podría ayudar a Microsoft a remontar en este sector,Continuum, una impresionante tecnología inspirada en las ideas de convergencia que Canonical tiene para Ubuntu.

Pese a ser un buen invento, creo que Continuum tendrá un éxito limitado si Microsoft no impulsa algún smartphone potente con arquitectura Intel en vez de ARM, porque en csao de hacerlo podría ayudar a ejecutar aplicaciones de PC sobre un smartphone, algo que sería todo un golpe en la mesa por parte del gigante de Redmond.

Luego tenemos las aplicaciones universales, uno de los puntales del enfoque multidispositivo de Windows 10, y aunque no hay dudas de que Microsoft portará todo su ecosistema bajo este concepto, no hay que olvidar la gran dependencia que siempre ha tenido Windows del software de terceros, y si estos no dan el paso, Continuum podría arrastrar de forma más acusada una de las desventajas más mencionadas de Windows Phone, la falta de apps en comparación con la competencia. Continuum en smartphones de arquitectura ARM no será mucho más que el fallido Windows RT en su día.

Windows 10 será un éxito seguro, más tarde que temprano

Al igual que Windows 7 en su momento, Windows 10 terminará siendo, tarde o temprano, el sistema operativo de referencia de Microsoft, pese a la acusada desaceleración en su adopción. A una situación similar también tuvo que enfrentarse Windows 7, el cual fue rechazado por muchos durante sus primeros meses en el mercado debido a su parecido estético con Windows Vista.

Posiblemente en las próximas fechas navideñas Windows 10 tenga una oportunidad de volver a hacerse publicidad y poder así acelerar su masificación.