Unos robotistas han creado un modelo de robot de bajo costo, de
tamaño parecido al de un saltamontes, y capaz de actuar de manera
autónoma coordinándose con otros como él para reproducir la habilidad de
trabajar en enjambre que poseen las abejas y otros insectos parecidos.
El nuevo modelo de robot, al que se le ha dado el nombre de Colias en
alusión al de un género de mariposas, es obra del equipo de Farshad
Arvin, John Murray y Shigang Yue, de la Universidad de Lincoln en el
Reino Unido, así como Chun Zhang, de la Universidad Tsinghua en Pekín,
China.
Colias fue creado para servir de plataforma de experimentación con
miras a perfeccionar la conducta colectiva de enjambres de robots. Esta
filosofía, la de apostar por una manada de robots ultrasencillos en vez
de por un único y sofisticado robot, ha visto crecer su popularidad en
los últimos años, y en la comunidad científica se la considera para
ciertas aplicaciones una vía más atractiva que la del único, sofisticado
y caro robot.
Los robots Colias miden solo 4 centímetros de diámetro, se pueden
mover a 35 centímetros por segundo, y ya se les ha probado con éxito en
pruebas de conducta colectiva integrando un enjambre.
Los robots del modelo Colias tienen el
tamaño de un insecto grande, como se puede apreciar en esta imagen.
(Foto: Farshad Arvin, John Murray, Chun Zhang y Shigang Yue)
En comparación con otros robots móviles que se utilizan en
investigaciones sobre robótica de enjambres, Colias es una plataforma
barata, ya que cada robot cuesta alrededor de 25 libras esterlinas. Esto
hace más factible económicamente el trabajo de investigación y
desarrollo en el campo de la robótica de enjambres.
En un enjambre de estos robots, no hay una unidad de control central
desde la que se envíen órdenes a cada robot en cada momento y se
coordinen sus acciones. Los robots funcionan mediante una estrategia de
control descentralizada, que se consigue proporcionando reglas bien
definidas de interacción a cada robot individual.
Una manada o enjambre de robots del modelo Colias. (Foto: Farshad Arvin, John Murray,
Chun Zhang y Shigang Yue)
Sensores infrarrojos de proximidad de largo alcance permiten al robot
comunicarse con sus vecinos en un radio de entre medio centímetro y 2
metros. Una combinación de tres sensores de corto alcance y un
procesador independiente permite a los robots individuales detectar
obstáculos.
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