Lejos de los límites de la moralidad, la industria de la pornografía nunca se ha cerrado a las diferentes formas de consumo que van surgiendo. Se investiga con la realidad virtual, tecnología capaz de «engañar» al cerebro con mundos alternativos. Y la punta de lanza de esta categoría tecnológica ahora mismo, el casco fabricado por Oculus, ya ha dejado caer que no bloqueará los contenidos sexuales.
Según ha explicado el fundador de la compañía
Palmer Luckey, durante la
Conferencia de Realidad Virtual celebrada en San José (California) «la plataforma es abierta, nosotros no controlamos el
tipo de software que puede funcionar en el dispositivo». Con todo, se han interpretado estas palabras como la ausencia de ningún plan del dispositivo
actualmente dentro del plantel de servicios de Facebook para prevenir la llegada de contenidos para adultos.
De esta manera, y cumpliendo las previsiones, Oculus podrá ser utilizado para la pornografía inmersiva. Sin embargo, la difusión principal de este tipo de contenidos estará sujeto a las cláusulas de Facebook, empresa que cuenta con ciertas restricciones sobre los desnudos y publicaciones de sexo. No obstante, otras aplicaciones y servicios se distribuirán a través de otros canales, con lo que se vislumbra como un importante negocio para el sector de la pornografía. O lo que viene siendo lo mismo: no se pondrán trabas.
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